La encontré encogida en la su habitación. Tenia la cara llena de
lagrimones, el rimel corría por su carita pálida y tenia el pelo enredado.
Llevaba una fotografía vieja y chamuscada en la mano y la abrazaba con fuerza
mientras se sacudía por culpa de sus sollozos. No se si me oyó entrar, pero
cuando llegue al lado de mi hermana ella me miro con los ojos abiertos al máximo,
mostrando así toda su confusión y todo el miedo que sentía.

Era una imagen nuestra, en ella, mis padres, Natalie, Noa y yo, posábamos sonrientes, en el porche de nuestra antigua casa Británica. Cuando note que una lágrima goteaba en mi rostro decidí salir de allí lo más rápido posible. Así que me arrope fuertemente como hacia de pequeña, cuando creía que las sabanas me protegerían de todo mal, y oculte mi rostro en la almohada.
A la mañana
siguiente un breve rayo de luz me despertó. No había dormido mucho, tal vez
cinco horas, pero no me pude dormir de nuevo, así que me obligue a ir a
rastras por la casa. Comprobé el cuarto de mi hermana y no me sorprendió
encontrarla acostada, los sábados no se levantaba hasta la una, como muy pronto. Me
dirigí a la cocina y me entristeció ver mi nevera prácticamente vacía. Unos
shorts y una camisa desgarrados, viejos y pintados los dos, me acompañaban a
juego con mi sucia bata blanca de pintora. Agarre mi maletín y decidí pasar el día
con Nico, le deje una nota a mi hermana para que no se preocupara. Sin embargo,
antes de irme, me acerque a su cuarto y le bese en la frente.
Baje a la
"Boulangerie Julie" y le compre un bollo de queso. Luego me dirigí a
la plaza de los artistas, en Montmartre. Había unos pocos
madrugadores y en su esquina habitual, Nico colocaba dos caballetes con sendos
lienzos y su puesto listo para vender sus cuadros.
-Bonjour, Nico!-le
digo alegremente. El me miro como si fuera un extraterrestre y después me
ignora completamente cuando comienza a trabajar en su lienzo.
-Bueno, ¿Que va a
ser esta vez? Je finni mon tableau!-mi anterior cuadro, un dibujo movido de
unas bailarinas en tonos pálidos, ha acabado junto a los otros. En el rincon de nuestro taller.
El ni siquiera me mira, y
sigue dándole pinceladas de color cyan a su paisaje. Después da un largo trago
a su botella y me dice:
-Lárgate
-¿¡Que!?
-Que te largues a
buscar inspiración. No va a venir ella a buscarte a ti.
Le miro pensando que
tal vez este bromeando, cosa que creo nunca ha hecho, entonces me mira y me
grita:
-¿¡Que, no te mueves
o que!? ¡Eres más lenta que una procesión de caracoles! ¡Largo! ¡Vuelve cuando
sepas que pintar!
Salgo pitando de allí,
ya volveré cuando se calme, será la resaca. Voy dando tumbos por las calles, sin preocuparme mucho por donde piso hasta que choco contra una
robusta mujer ridículamente maquillada. Me disculpo y ella blasfema alguna tontería
en francés que no llego a entender. Tengo que tener cuidado por donde voy si no
quiero que me den una paliza, no siempre voy a tener un Peter detrás...
Ese pensamiento me
hace suspirar. Peter.
>>¡Hope! ¡No
debes pensar esas cosas!<< -me regaño
Entonces me fijo en
la calle a la que he llegado. Esta cerca de Montmartre, pero me
dirijo todavía dos casas mas allá para llegar a la de Leo. Si quiero inspiración,
el siempre me ayuda.
Observe su casa con
envidia. Dos pisos teñidos de blanco, la puerta brillante que invitaba a entrar
a su acogedor hogar, los árboles que la rodeaban, las ventanas, todas cerradas
salvo una... Fue esa detalle lo que me saco una sonrisa.
Me acerque y trepe
por un árbol hasta llegar a lo alto, me impulse dentro de la habitación de mi
mejor amigo evitando hacer cualquier ruido, cerré la ventana con cuidado
y me acerque a su lado lentamente.
Me encanta Nico, no sé porqué, pero es un personaje que sé (o al menos eso creo/espero) va a dar mucho juego en la historia de Hope.
ResponderEliminar¡Sigue así pequeña!
¡Petons de maduixa!
Porque me les el pensamiento via blog? Jajaja si le tengo preparada una a Nico. En el proximo ya pasaran cosas mas inteeresantes!
ResponderEliminarMUxus!!