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sábado, 20 de octubre de 2012

Capítulo 31: Le mensonge du Espérance

Hola, bueno, siento haber tardado tanto en renovar, pero es que he empezado con los exámenes y no he podido escribir. Por cierto, he reescrito una parte del capítulo anterior, son cosas muy diminutas sobre el traslado, si queréis saber más podéis meteros aquí.
Y nada más que deciros, espero que os guste y que los deberes os sean leves ¡Muxus!

-¿Y donde va a dormir?-pregunto Natalie.
-En mi cama.
-¿Y tú donde vas a dormir?-me preguntó mientras guardaba mi revoltijo de ropa en el armario.
-En el suelo, supongo.-respondí secamente.
Ella se enderezó de golpe, como si le hubiera asestado una descarga eléctrica.
-¿En el suelo? Ah, no, no, no... La británica esa duerme en el suelo antes que tú.-repuso toscamente.
Bufé. Me daba igual dormir en el suelo o en la ventana, tan solo iban a ser... Un momento ¿¡Dos semanas en el suelo!?
-Dormirás conmigo-zanjo ella.
Bueno era la mejor solución.

Todo el lío del traslado había comenzado hacía tres días, el martes. Ese día, para nuestra sorpresa, habíamos recibido a la tía Laura que ya había llegado a París. Vaciamos el taller y metimos una cama que nos prestó Alan, por lo demás el cuarto seguía oliendo a disolvente y aceite.
El caso es, que esa misma noche Daphne me llamó, y Dios sabe que no puede hablar bajo, por lo que, cuando comenzó a decirme... ¿decirme? ¡Más bien chillarme! Que por que no iba al traslado, mi tía lo oyó.
-¿Adonde te vas?
-A ningún lado.-respondí.
Ella me miro largo rato y después dijo:
-Dime la verdad ¿Que te pasa?
Al final le conté lo del traslado y de que no podíamos pagarlo. Ella me miro un buen rato y dijo:
-Bueno, haremos una cosa. Yo te lo pagaré.
Como vio que iba a protestar dijo:
-No, no, no quiero oír una palabra. Este es mi decisión y así se queda.
Y no tuve las narices de discutirlo, pero si que la abracé.

Una vez listo mi cuarto, seguimos con el taller, que fue muchísimo más complicado. Tuvimos que limpiar las manchas de pintura, sacar el disolvente y el aceite para que no oliera tan mal y aparcar las demás cosas que utilizábamos para pintar en un rincón del cuarto. Cambiamos las sabanas, limpiamos el polvo y echamos litros de colonia, pero siguió oliendo mal, por lo que abrimos las ventanas.
-Joder...-solté sin poder pararlo.
A mis espaldas mi hermana y Laura rieron.
-Pues la verdad es que ha quedado muy bien-dijo esta última.
-Menos mal, vivías inhumanamente, podías haberte encontrado ratas.
Volvieron a reír, en ese momento me senté en la cama y mi móvil vibró. Lo miré, era una llamada perdida de Daphne ¡Tate! ¡Habíamos quedado a las seis y media para preparar la coreo!
Le envié un mensaje diciéndole que no me esperara y corrí a vestirme.
-¿Vas al instituto?-preguntó Natalie. Últimamente siempre estaba encima mío.
-Si, volveré sobre las nueve y media o así. Luego quiero pasar por el hospital.
Ella frunció el ceño.
-Es mejor que vayas a ver a Nico mañana.
Negué lentamente.
-Volveré lo más pronto que pueda.
Daphne llevaba diez minutos esperando cuando llegué al colegio, junto a ella estaba Drew. Las tres nos metimos en el Teatro, apartamos todo lo que nos pudiese molestar y cogimos tres sillas. Drew se colocó frente a nosotras y nos observó de arriba a abajo.
-Bueno, ¿alguna ha bailado alguna vez?-preguntó.
-Yo hacía claqué, pero lo dejé.-respondió Daphne.
Me encogí de hombros.
-¿La Macarena cuenta?
Drew resoplo.
-Bueno, comenzaremos por algo sencillo. Muy bien, nosotras apareceremos desde el borde del escenario arrastrando las sillas. A ver, cogedlas y arrastradlas suavemente...
Os ahorro la media hora de tortura que supuso para Drew enseñarnos los pasos que tenía preparados, Daphne los pilló, pero tuvimos que ayudarle a estirar la pierna y al final rompimos la silla. Mi caso parecía mas sencillo, no tenía ni acrobacias, ni saltos, ni nada especial, solo tenía que moverme alrededor del escenario y mover la cadera cuando lo marcara la melodía, pero no era capaz. No tenía nada de ritmo, un cero absoluto.
-Perdonad ¡Perdonad! Pero es nuestro turno-gritó alguien desde el fondo del teatro.
Me senté a recuperar el aliento sin importarme quienes fueran nuestros visitantes. Estos se acercaron al escenario y entonces vi quienes eran y me levante a trompicones.
-Ya nos íbamos-dije.
-Esta bien-respondió Peter con una tímida sonrisa-no hay prisa.
-¿Que no hay prisa? ¿Tu sabes lo complicada que es "The Lazy Song"?-inquirió Louis.
-¿"The Lazy Song"?-pregunto Daphne confundida-¿Esa no era de Bruno Mars?
-Si, pero para que Madame Cagine nos dejara hacerla, tenemos que utilizar mascaras de monstruos.-dijo Peter poniendo los ojos en blanco.
Me eche a reír, pero me detuve al mirarle. Tenía que contarle la verdad.
-Bueno, todo vuestro-les dijo Drew mientras nos llevaba a Daphne y a mí a la salida.
Una vez fuera nos despedimos de Drew y yo ya me iba a ir cuando Daphne me agarró y me soltó:
-¿Que te pasa?
-A mi nada-respondi nerviosa.
-No me mientas.
-Te lo juro, no me pasa nada.-dije intentando poner cara de poker.
Ella me observo durante unos segundos y finalmente soltó.
-Bueno, ya me lo dirás cuando estes preparada. Me largo, ¡Y tu aprendete el baile! ¡La fiesta es dentro de unos días!
La observe alejarse y ocultarse entre los callejones. Entonces me marche a casa, olvidandome de pasar por el hospital.

2 comentarios:

  1. PORFIN!
    Así que cuando te llamé te animáste para subir el capítulo e.e
    capulla...
    Hahahahaha, me ha encantado, cielo! Tengo ganas de Halloween la vamos a liar en San Sebastián!

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  2. Ninaaaaaa!!! Amiga mía!!! Cuanto tiempo!!!! Vayamos por partes...
    Primero, tu historia sigue igual de buena que siempre, me encanta que no te hayas centrado en el típico romance entre chica-huérfana-quiere-a-chico-rubio-guapo!!! Me encanta!! OMGG!!
    Segundo, ya he visto que me has nominado, a ver si hago algo interesante con mi blog, que tiene telarañas...
    Tercero, DONDE ESTÁ MI PREMIO?!
    Besos;)))

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